13 de noviembre de 2007

Un día normal

Me levanto como todos los días, camino por la habitación vacía a excepción del sofá donde he dormido, odio a todo lo que me ha llevado a esto.

Ya estoy listo para salir, llevo la navaja, mi única amiga en la vida, antes del desalojo yo tenía una familia, papás, tíos, primos, amigos. También tenía sueños e ilusiones.

Ahí va una señora, creo que está sola, me le acerco, no, no va sola, va con una niña de unos 6 años, seguramente su nieta, mucho mejor.

Fue rápido, no me gusta hacer sufrir a la gente, no soy un loco o algo así, dos cortes rápidos y ya.

Ahí viene un policía, el también me odia, todo el mundo me odia, yo no les hice nada y ellos me dañaron tanto, es justo que les devuelva un poco de todo el dolor que sufrí.

El policía se defendió, no me gusta que lo hagan, sufren más para morir, yo no soy ningún loco, no me gusta ver sufrir a la gente.

Hoy fueron solo tres de ellos, en una ocasión acabe con 15, esa vez me sentí muy enfermo, fue muy cansado, tuve que dormir tres días seguidos.

La señora llevaba una bolsa con comida, la tome porque ya no la necesita, con ella podré comer una semana por lo menos, si no fuera por este tipo de cosas me moriría de hambre, una vez trate de robar comida y tuve que huir, estaba rojo de vergüenza, mi mamá me enseño que es malo robar.

Ya me voy a dormir, espero que mañana también sea un día normal.

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